Otro fragmento de Clair de femme...
- No entiendo nada del amor.
- Es porque el amor comprende todo, resuelve todo y no hay más que dejarle actuar. Basta con hacerse un abono, una tarjeta válida para transbordos.
- Lo amé realmente, durante diez años. Y cuando dejé de amarlo, intenté amarlo todavía más. Intente entenderlo.
- La culpabilidad. Da vergüenza. No queremos admitirlo. Luchamos. Cuanto menos amamos, más lo intentamos. A veces, hacemos tales esfuerzos que llega la asfixia. De hecho, lo que les gusta, ahí arriba, no son nuestras victorias o nuestras derrotas, sino la belleza de nuestros esfuerzos. ¿Ha probado usted la jalea de las abejas? Aparentemente da fuerzas.
- No entiendo que un amor pueda acabar...
- Sí, eso desacredita la institución.
- Algunas veces, se acaba, pero no nos damos cuenta, por costumbre...
Se interrumpió y me lanzó una mirada aterrada.
- ¿Qué hora es?
- Tenemos todo el tiempo.
- Cuando Alain dejó el hospital, lo intenté. Continuamos viviendo juntos. Padecía jergafasia, era imposible comunicarse...
- Eso debía, cuanto menos, facilitar las cosas, ¿no?
- Lo suyo no es cinismo, Michel, es... la muerte.
- Sí. Hago madera de todo árbol.
-Y tenía una locuacidad espantosa porque, en los grandes afásicos, el freno mental del lenguaje se destruye y no paran de chapurrear... Y no se puede abandonar a un hombre en la desgracia porque se ha cesado de amarle... ¿Pero acaso hay que quedarse a su lado porque se le he dejado de amar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario