¿No sabes leer en sueco? ¿No recuerdas bien el nombre? ¿Cuál te ha gustado más: lack o michael? ¿Has apuntado el número? ¿Y las medidas? Da igual: la única mesa que me ha gustado está agotada. E igual de agotados, exhaustos, están los visitantes a esas alturas.
Entre cartones y números de referencia, entre carritos-camilla, fue donde me preguntó si había pensado, alguna vez, en tener hijos. "Pues mira: si van a medir 1,90 en menos de una semana y me ayudan a montar los muebles, no lo descarto...".
Siempre pensé que la historia quedaba más bonita en la sección de niños, entre alfombras de colores y literas desordenadas. Porque las historias no tienen que ser fieles a la realidad: basta con que sean verosímiles y consigan expresar la idea que esconden.
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