lunes, 27 de septiembre de 2010

Vocación

- ¿Y a que te dedicas?

- Soy abogada.

- Como marca tu estirpe. En mi familia, en cambio, ninguno de los nietos ha querido estudiar Medicina. Y eso que los cuatro hijos nos hemos convertido en médicos de éxito.

- Quizás porque el listón esta muy alto y no han querido ponerse a prueba...

- No creo que sea por eso. Debe de haber otra explicación. En cualquier caso, me llama la atención que, en tu familia, no estudiar Derecho sea la excepción.

- Supongo que para ser médico, hay que querer ser médico. Para ser abogado basta con no querer ser nada en concreto.

3 comentarios:

  1. Con el comienzo del curso los profesores se plantean el porqué eligieron esa profesión y los que eligieron no ser profesores viceversa.
    ¿Es eso? ?El fantasma de la pedagogíá ataca de nuevo?
    Besos

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  2. El fantasma vive conmigo todos los días del año. Pero no ataca si no le atacan. Con un post al año se conforma... :)

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  3. El problema, Lara, está en que tu y yo -la mayor parte del día, por no decir todo- no ejercemos de abogados, sino de auxiliares administrativos con idiomas y conocimientos presuntamente avanzados de informática.
    Suprimir la independencia en la abogacía es capar en gran medida su creatividad originaria. Pero sí que es cierto que podemos recobrar gran parte del músculo atrofiado desde la perspectiva de la enseñanza: yo cuando mejor me siento cada día es cuando me toca aprender de algun abogado de mayor experiencia (no es nada fácil de encontrar, acumular años pegado a la silla no significa haber adquirido experiencia) y, sobretodo, cuando tengo que explicar algo a los nuevos rotantes.
    Tu estás llamada a ser una grandísima abogada, pero en dónde estás hay condicionantes que enturbian la línea del horizonte...
    Joder, aun me quedan dos horas más de curro (y son las 20h45m)!!!

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